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Dos para el camino

“Un trago de hiel con sabor a humano”
“Une gorgée amère à la saveur humaine”

Hace mucho que no he visto algo de César de María –y estoy seguro que por falta de tiempo-. Lo último fue hace en 1999, cuando en la ahora remozada sala de la Alianza Francesa de Lima, Roberto Ángeles puso en escena Kamikaze o la historia del cobarde japonés. Son de esas historias que no se pueden olvidar fácilmente.

Bajo la dirección de Carlos Acosta, se viene presentando Dos para el Camino. Las actuaciones corren a cuenta de Tatiana Espinoza y del propio director del montaje.

La historia per se ya es interesante. Un conjunto de historias relacionadas entre sí, por personajes con una cierta dosis de irrealidad, que los hace atractivos y -¿por qué no?-, reales. La sordidez de los finales es estremecedora en ciertos casos. Desde el encuentro con una mujer-niña desquiciada hasta la conversación –con algo de poética- de dos personajes afectados por una dosis de pastillas.

La propuesta que Acosta propone es limpia y correcta. Con sus actuaciones, Tatiana Espinoza y Carlos Acosta nos involucran dentro de la historia, de las vivencias de los personajes, con un ritmo acertado y una cuidadosa ejecución.

Estamos entonces ante un montaje bien elaborado –no podría ser de otra manera- y se convierte en una buena alternativa en nuestra cartelera limeña.

Voy por una coke,

Dark.

Jueves, 03 de septiembre de 2009.

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