Autor: Jaime Nieto
Director: Haysen Percovich
Lugar: ENSAD (Escuela Superior de Arte Dramático)
En el marco de la III Muestra Internacional de Teatro de Lima, Haysen Percovich nos presenta El Dolor por tu ausencia, obra del dramaturgo Jaime Nieto.
A través de un fresco diálogo, la obra consta de un conjunto de historias contemporáneas, las cuales se van uniendo en el transcurso de la misma, teniendo como nexo común sentimientos de soledad, desamor, orgullo y acaso cierto asomo de resignación frente a sus propias vidas. Como resultado, todos buscan “el cambio” hacia lo que consideran su propia felicidad, cambio que depende de su entorno, y que al parecer estuvieran dispuestos a aceptar toda vez que se les prometiese escapar de su monotonía autoimpuesta. Entonces, podemos hablar de personajes vacíos, famélicos de nuevas esperanzas e ilusiones, con las cuales esperan amagar los más terribles sentimientos que ocasionaron el estado en que se encuentran al inicio de la obra.
Percovich nos presenta una propuesta adecuada, sin excesos, pero que durante el proceso va decayendo debido a que los artilugios son predecibles, lo que ocasiona linealidad y monotonía en perjuicio de la puesta. El conjunto de actores realiza la ejecución de la puesta en modo mesurado, cayendo quizá en algunos problemas de posición escénica que no permiten mostrar importantes cambios anímicos de sus personajes. Las transiciones son limpias y sobre todo ágiles, lo que permite mantener la expectativa del público. Durante la puesta, se denota una confusión respecto al tiempo-espacio: ¿en qué clima se encuentran? En la primera escena, los personajes aparecen con vestuarios que indican un clima invernal, y posteriormente, los demás personajes aparecen con vestuarios que nos indican una estación distinta a la inicial, sin haber establecido un cambio de tiempo adecuado. El tiempo invernal es siempre un ingrediente clave si es que se toma en cuenta como el símbolo de la soledad, nexo pre establecido en la obra.
La iluminación es sencilla y los sonidos son correctos, aunque en ocasiones un poco abruptos para el inicio de las transiciones. Aquí ocurre una falta de unidad musical, e indica que se ha utilizado como ingrediente para el desarrollo de las transiciones. La utilería es mínima, pero suficiente para cumplir con las necesidades de la escena.
Estamos entonces ante una propuesta correcta, sin excesos, realizada por un joven elenco (a destacar las interpretaciones de KAREN y MARK). Una propuesta que no logra ir más allá de lo que el texto indica, y nos entrega historias que podemos encontrar en cualquier lugar del mundo, una propuesta que hubiese podido ir más allá del límite textual y entrar aquel pensamiento nihilista que, con un mayor riesgo escénico nos sorprendiese y nos invitara a la reflexión, y reconocernos tal vez en alguno de los seres que en ese momento llegaron al escenario, y que en poco tiempo, volverán al olvido.
Daniel Manchego
Director: Haysen Percovich
Lugar: ENSAD (Escuela Superior de Arte Dramático)
En el marco de la III Muestra Internacional de Teatro de Lima, Haysen Percovich nos presenta El Dolor por tu ausencia, obra del dramaturgo Jaime Nieto.
A través de un fresco diálogo, la obra consta de un conjunto de historias contemporáneas, las cuales se van uniendo en el transcurso de la misma, teniendo como nexo común sentimientos de soledad, desamor, orgullo y acaso cierto asomo de resignación frente a sus propias vidas. Como resultado, todos buscan “el cambio” hacia lo que consideran su propia felicidad, cambio que depende de su entorno, y que al parecer estuvieran dispuestos a aceptar toda vez que se les prometiese escapar de su monotonía autoimpuesta. Entonces, podemos hablar de personajes vacíos, famélicos de nuevas esperanzas e ilusiones, con las cuales esperan amagar los más terribles sentimientos que ocasionaron el estado en que se encuentran al inicio de la obra.
Percovich nos presenta una propuesta adecuada, sin excesos, pero que durante el proceso va decayendo debido a que los artilugios son predecibles, lo que ocasiona linealidad y monotonía en perjuicio de la puesta. El conjunto de actores realiza la ejecución de la puesta en modo mesurado, cayendo quizá en algunos problemas de posición escénica que no permiten mostrar importantes cambios anímicos de sus personajes. Las transiciones son limpias y sobre todo ágiles, lo que permite mantener la expectativa del público. Durante la puesta, se denota una confusión respecto al tiempo-espacio: ¿en qué clima se encuentran? En la primera escena, los personajes aparecen con vestuarios que indican un clima invernal, y posteriormente, los demás personajes aparecen con vestuarios que nos indican una estación distinta a la inicial, sin haber establecido un cambio de tiempo adecuado. El tiempo invernal es siempre un ingrediente clave si es que se toma en cuenta como el símbolo de la soledad, nexo pre establecido en la obra.
La iluminación es sencilla y los sonidos son correctos, aunque en ocasiones un poco abruptos para el inicio de las transiciones. Aquí ocurre una falta de unidad musical, e indica que se ha utilizado como ingrediente para el desarrollo de las transiciones. La utilería es mínima, pero suficiente para cumplir con las necesidades de la escena.
Estamos entonces ante una propuesta correcta, sin excesos, realizada por un joven elenco (a destacar las interpretaciones de KAREN y MARK). Una propuesta que no logra ir más allá de lo que el texto indica, y nos entrega historias que podemos encontrar en cualquier lugar del mundo, una propuesta que hubiese podido ir más allá del límite textual y entrar aquel pensamiento nihilista que, con un mayor riesgo escénico nos sorprendiese y nos invitara a la reflexión, y reconocernos tal vez en alguno de los seres que en ese momento llegaron al escenario, y que en poco tiempo, volverán al olvido.
Daniel Manchego
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