Y sí, llegaste. Pero llegaste trucho, pasado. Y tu estar es efímero, pausado. Me siento como cuando Sandler está con Barrymore y es un but naif, de esos que ya no hay. Como cuando lees Perdóname si te llamo Amor y de repente la peli te sabe mejor. Y los besos de pasión se escuchan perdidos en un camino que se entrecorta por el recuerdo, el perdón y las ganas. ¿A qué jugamos me dices? Y te juro que no sé. Sólo sé que estoy contigo ahora, mañana no lo sé. Y yo tampoco, pero bueno. Y la vida se pinta de emociones, de historias maquinadas, de respiros de comprensión y aprehensión. De buscarte. Qué ganas de estar contigo. Y qué ganas de dejarte. Porque es más complicado llorar por lo que nunca se tuvo y vivir con tu espectro. Desnudo en el espacio, el whisky se derrama en mi boca, mientras mi mente intenta alegrarme con notas perdidas de un violín que alguien dejó olvidado.
Director: Miguel Pastor Lugar: Centro Cultural CAFAE -SE Fin de temporada domingo 18 de noviembre Sebastián Salazar Bondy fue un artista múltiple. Pero sobre todo, era un gran ser humano. Un artista sensible para su tiempo, emprendedor, que quería, como todo artista anhela, que el público sienta, ría y llore con cada una de sus creaciones. Miguel Pastor nos lleva de la mano hacia una Lima querida y entrañable. Una Lima del tiempo de valses, boleros y sobre todo, de inocencia, de amor y de las buenas costumbres. Pero también, a una Lima perversa, llena de ambiciosos y de mujeres carentes de piedad. Dos viejas van por la calle, obra de Sebastián Salazar Bondy, es, desde varios puntos de vista, una obra que definitivamente no ha perdido vigencia en nuestro medio. Y más válido aún, del punto de vista que el director considera inspiración para llevarla al público: el mundo da vueltas, y algún día seremos viejos, ¿cómo nos gustaría ser tratado? Desde el inicio de la obra hasta el final, el p...
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