Porque lo más importante en este
momento es ser real. Porque jamás quise ni querré vivir para
trabajar. Porque soy un terco que anda en el camino más complicado,
y persiste. Porque puedo amar, sonreír, perdonar. Porque puedo mirar
a los ojos y que en los míos hallen a un soñador que no quiere
despertar. Porque mi familia me cree un loco, y mi madre me da
caricias de vez en cuando para que pise la tierra. Porque mi padre
llega a veces, y como siempre, el silencio nos une mejor que la
palabra. Porque tengo amigos que llegan, otros se van y regresan.
Porque los puedo saludar con una mano franca. Porque mi mayor
travesura aún no la he cometido. Porque amo a mi pasado y sin él no
sería lo que soy. Porque hoy me siento en mi mesa, modesta, pero
contento de haber hecho mi vida a mi manera. Porque aún juego con la
comida. Porque me gustan las caricaturas. Porque aún me sorprendo de
todo. Porque siempre me levanto emocionado a ver qué me sucede en el
día. Porque puedo despedirme con un beso. Porque toda mi vida la
luché para ser como soy y seguiré luchando hasta que las fuerzas se
me agoten. Porque sigo enamorado de todo, de todos. Porque siempre he
de encontrar a un loco que quiera subir a mi barco y soñar. Porque
hoy puedo alcanzar las estrellas. Porque siento que poco a poco estoy
dejando huella en los que amo. Porque estoy seguro que el día de
mañana agarraré mi vieja polera, haré ejercicio y aún cuando la
panza me llegue al piso, me sentiré el más hermoso de este mundo.
Porque quiero seguir robándote una sonrisa. Porque no quiero
despertar. Por todo esto, gracias a todos mis amigos y cómplices de
mis travesuras, en un mundo donde nos volvemos de acero, comemos
dinero y vomitamos desesperanza.
Director: Miguel Pastor Lugar: Centro Cultural CAFAE -SE Fin de temporada domingo 18 de noviembre Sebastián Salazar Bondy fue un artista múltiple. Pero sobre todo, era un gran ser humano. Un artista sensible para su tiempo, emprendedor, que quería, como todo artista anhela, que el público sienta, ría y llore con cada una de sus creaciones. Miguel Pastor nos lleva de la mano hacia una Lima querida y entrañable. Una Lima del tiempo de valses, boleros y sobre todo, de inocencia, de amor y de las buenas costumbres. Pero también, a una Lima perversa, llena de ambiciosos y de mujeres carentes de piedad. Dos viejas van por la calle, obra de Sebastián Salazar Bondy, es, desde varios puntos de vista, una obra que definitivamente no ha perdido vigencia en nuestro medio. Y más válido aún, del punto de vista que el director considera inspiración para llevarla al público: el mundo da vueltas, y algún día seremos viejos, ¿cómo nos gustaría ser tratado? Desde el inicio de la obra hasta el final, el p...
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