Porque lo más importante en este momento es ser real. Porque jamás quise ni querré vivir para trabajar. Porque soy un terco que anda en el camino más complicado, y persiste. Porque puedo amar, sonreír, perdonar. Porque puedo mirar a los ojos y que en los míos hallen a un soñador que no quiere despertar. Porque mi familia me cree un loco, y mi madre me da caricias de vez en cuando para que pise la tierra. Porque mi padre llega a veces, y como siempre, el silencio nos une mejor que la palabra. Porque tengo amigos que llegan, otros se van y regresan. Porque los puedo saludar con una mano franca. Porque mi mayor travesura aún no la he cometido. Porque amo a mi pasado y sin él no sería lo que soy. Porque hoy me siento en mi mesa, modesta, pero contento de haber hecho mi vida a mi manera. Porque aún juego con la comida. Porque me gustan las caricaturas. Porque aún me sorprendo de todo. Porque siempre me levanto emocionado a ver qué me sucede en el día. Porque puedo despedirme con un beso. ...
Cuentos y artículos.